Mi experiencia con la mano Be Bionic empezó con mucha ilusión, no me costó cogerle el truco (el primer día ya lograba alguna cosa). Los primeros días practicaba en la ortopedia, pero una vez cogí lo básico comencé a utilizarla para cosas más cotidianas: coger un vaso, sujetar el cepillo de dientes, comer...
Han habido momentos de frustración, ya que a veces me costaba aprender cómo hacer lo que quería. Pero cada vez tenía más curiosidad por saber que más podría hacer con la prótesis y mejoró muchísimo mi calidad de vida. Ahora me hace sentir segura gracias a su versatilidad.
Tiene un agarre preciso gracias a sus finos dedos. Puedo agarrar objetos pequeños como tarjetas, cordones o monedas. Los movimientos los puedo elegir en función de mis necesidades. Son rápidos, precisos y controlo la velocidad. Eso hace mucho más fácil su manejo, siendo más más intuitiva y la siento ‘’mía’’. Estéticamente me siento muy cómoda ya que es fina y pequeña, acorde a mi físico.